Cómo usar un rociador a presión

A pulverizador de presión es una unidad portátil de mano que se utiliza para rociar un líquido, como agua o lubricante, a alta presión a través de una boquilla. Se pueden encontrar en una variedad de diferentes tamaños y configuraciones, dependiendo de la aplicación. Algunos están diseñados para llevarse como una mochila, mientras que otros están construidos sobre ruedas para facilitar el transporte por el jardín o el patio. Incluso hay modelos inalámbricos que permiten rociar en áreas de difícil acceso o en interiores. Independientemente del tipo, un rociador es ideal para aplicaciones de fertilización de césped, control de malezas y control de plagas.

Un rociador a presión funciona llenando un tanque con el líquido que se va a rociar, luego conectando una línea de aire y permitiendo que el tanque se presurice hasta su presión de diseño, generalmente alrededor de 8-10 bar. A menudo se incluyen varias válvulas de seguridad para evitar que el contenedor se presurice en exceso, evitando fugas y otros daños. Una vez que se llena el tanque, se conectan una manguera y una boquilla rociadora al tanque, y el rociador se activa al apretar el gatillo. El fluido se bombea fuera del tanque a través de la boquilla y hacia la manguera y sobre la superficie que se rocía, mientras que un patrón de rociado se puede controlar a través de la configuración de la boquilla.

Cuando se utiliza un rociador a presión, es importante tener en cuenta que la cantidad de presión que puede producir un rociador es el factor principal en la medida en que se esparcirá el líquido. Por eso es importante utilizar un rociador de buena calidad que pueda mantener una presión alta. Otros factores que influyen en la distancia que se esparcirá el rociador incluyen el caudal y el tamaño de la boquilla.

Para garantizar el correcto funcionamiento de un pulverizador, es importante limpiarlo periódicamente. La limpieza ayuda a garantizar que no se acumulen residuos químicos en la manguera y la boquilla, lo que puede obstruirlos y provocar patrones de pulverización deficientes. También es importante enjuagar la boquilla después de cada uso para evitar la contaminación cruzada entre diferentes tipos de productos químicos.

Si bien un rociador de jardín es el tipo más común de rociador a presión, existen otras opciones disponibles para aplicaciones industriales y comerciales. Un rociador de mochila es una excelente opción para aquellos que necesitan rociar áreas grandes y pueden querer distribuir el peso del tanque de manera más uniforme. Estos pueden equiparse con correas acolchadas y están diseñados para adaptarse cómodamente a la espalda durante el uso.

Las boquillas de este tipo de rociador están diseñadas para ser ajustables y pueden girar en 4 direcciones, lo que permite al usuario aprovechar una variedad de ángulos y distancias al rociar. También vienen con un gatillo de bloqueo y una varilla gruesa para reducir la fatiga de la mano durante el uso, mientras que el tanque transparente le permite al usuario ver fácilmente cuánto líquido queda en el tanque.

Al rociar árboles, es importante tener en cuenta la forma en que se rocían para la cobertura. Lo mejor es rociar en 2 o 3 filas a la vez, rociando cada fila desde direcciones opuestas, ya que esto ayuda a reducir la superposición y mejorar la cobertura.